Miró, o las irregularidades que quitan el frío (1979)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsDe la crítica de Fernando Gutiérrez (Barcelona, 1911-1984) per aLa Vanguardia (30-VI-1979) als gravats de la “Sèrie Gaudí” que va fer Joan Miró (Barcelona, 1893 - Palma, 1983), en homenatge a l’arquitecte. Són obres que ara s’exposen al Museu Can Mario (Palafrugell) de la Fundació Vila Casas. Per dissabte vinent (12 h) hi ha programada una visita guiada.

Como un niño que, entre la naturalidad y el asombro, descubriera de improviso su mundo infinito y maravilloso, y todo ese mundo, con su infinitud y maravilla, se le viniese de golpe a los ojos y las manos, y ojos y manos, con apremiantes alfilerazos de júbilo, se sintieran capaces de aprehender la infinitud y narrar la maravilla, infinito a infinito y prodigio a prodigio, como si tal cosa, así Joan Miró, como si lo viese y lo tocara todo de primero, lo descubre todo una y otra vez, siempre de pronto y -nunca mejor dicho, como en antiguo se decía- de una mano a otra, y siempre de vez primera, como a los ojos en un abrir y cerrarlos, porque a las manos y ojos de Miró todo se les viene de golpe, como recién nacido, primigenio y original, nuevo y de nuevo, con la sorpresa de la causalidad instintiva y también de la sabia y generosa casualidad. […] Lluís Permanyer, en la presentación que ha escrito para el catálogo de esta nueva exposición en la Galería Maeght, nos relata fiel y animadamente una jornada de la tarea de Joan Miró con la colaboración del maestro grabador Joan Barbará en el taller de Son Boter en Palma de Mallorca. A través de ese relato vivo y revelador la figura de Miró adquiere fisonomía de brujo sabio y aprendiz al mismo tiempo, manipulando planchas de metal y manejando extrañas y no extrañas herramientas, entreverando tintas y promiscuando insólitas materias y manobras que van desde la leche condensada al propio pis. De ese taller y del de Barcelona han salido el centenar de aguafuertes, las seis litografías y las cuatro esculturas de bronce que se exhiben ahora. Los aguafuertes comprenden distintas series, la más importante de las cuales es la que titula la exposición: la serie Gaudí, compuesta de veintiún originales. En el decir y hacer de Miró no sabemos ver en ninguna de éstas o las demás obras qué “irregularidades” le han quitado el frío, pero sin frío están. Y no hay otro frío que ese frescor increíblemente juvenil que anima y mueve la exposición entera, y ese “telurismo” que le hace decir: “Yo soy de la tierra y la fuerza me sube por los pies”. Lo que trastorna casi del todo esa proporción matemática que podría expresarse así: la pintura es a la obra gráfica lo que la sopa normal es a la sopa de sobre.