La contribución de sangre
De la crònica de Josep Roca i Roca (Terrassa, 1848-1924) a La Razón (IV-1870). El final de la revolta popular de Gràcia contra el sorteig de quintes per al servei militar obligatori.
Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...] Gracia debía pagar bien cara la torpeza de que se empeñaron en que la lucha durara por espacio de cinco días, aunque el lunes hubiese bastado la presencia de una sola compañía de tropa, para que todo concluyese. No había bastante con los desperfectos causados en los edificios por el continuado cañoneo que se dirigió sin cesar contra la villa. Era preciso coronar la obra de una manera digna de aquella empresa, [...]. ¡Y los hombres que tal hicieron se apellidan liberales, defensores del orden y de la propiedad! ¡O sarcasmo! ¡O mengua!
Mientras se tomaba la villa militarmente verificándose prisiones a destajo, acorralando a intervalos a los curiosos que se dirigían a la vecina villa y llenándose el pontón de gente pacífica, ya que no se podía lograr este objeto con gente revoltosa, los hilos telegráficos, a poder, se hubieran enrojecido de vergüenza, viéndose obligados por la fuerza a transmitir el siguiente telegrama a todos los gobernadores de España: "Terminada rebelión, completa tranquilidad en Barcelona y pueblos - Preparado plan de ataque a Gracia a las tres y media, comenzó el ataque, cinco y media. - Vivísima resistencia. - Compañías de cazadores tomaron barricadas valerosamente. - Enemigo en número de 600 pronunciose en retirada. - A las seis y media victoria completa".
Alborozados los progresistas recibieron la noticia, y no faltaron cuarteles, en que como en Tarragona, se trocara la diana por los himnos de Riego, Luchana y Mendigorria. Los fabricantes de entorchados y galones sonrieron también, lo propio que los albañiles. Tan solo lloraba el buen sentido, tan solo la Revolución se lamentaba, tan solo el pueblo mil veces engañado y escarnecido, experimentaba una esperanza menos y un desengaño más. Para conquistar algunos reclutas, fue menester cinco días de fuego. El solo valor de la pólvora que se quemó bastaba para redimirles del servicio. ¡Calcúlese ahora para que hubiera bastado el de los proyectiles y desperfectos! […]