Un momento clave para la desescalada

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Una pareja de franceses volviendo hacia Francia después de haber comprado en la Jonquera

Catalunya empieza este lunes la particular temporada turística del 2021. Al menos en el sentido en que entra en vigor el alivio de las medidas restrictivas para la entrada de visitantes al Estado, decretado el viernes por el ministerio de Sanidad siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea. Ya no hará falta una PCR negativa, obligatoria hasta ahora en cualquier caso. Apenas habrá que cumplir una de las siguientes condiciones: haber sido vacunado, aportar un test de antígenos negativo, presentar el certificado de recuperación (se ha pasado el covid y ya no se es infeccioso) o presentar una PCR negativa. Un salto importante, y que todavía podría evolucionar a mejor durante el buen tiempo, que tiene que ayudar a cumplir las previsiones del Govern –del anterior ejecutivo–: recuperar algo más del 50% de los 20.000 millones de euros de gasto de los turistas registrado en 2019.

A esta flexibilización para la entrada de turistas se añade el permiso para la celebración de fiestas mayores, de verbenas, de fiestas de graduación y, en general, de fin de curso, así como, desde hace ya unos días, el permiso para asistir a acontecimientos deportivos, que ha tenido un punto de inflexión en el Gran Premio de Catalunya del Mundial de motociclismo, que ha reunido a cerca de 20.000 personas en el Circuito de Catalunya: la asistencia más numerosa a un solo acontecimiento desde marzo del año pasado.

Son hechos que refuerzan la sensación de salida definitiva del túnel, que aportan optimismo para superar al menos lo que se ha vivido hasta ahora de la pandemia. Y hay que celebrarlo.

Sobre todo porque los datos de vacunación son muy buenos. Este domingo se han superado los 3 millones de personas vacunadas con al menos una dosis, que suponen un 45,3% de la población de más de 16 años y un 38,6% de la población total. Y se acercan a 1,8 millones las personas vacunadas con la pauta completa, un 26,5% de la población de más de 16 años y un 22,6% de la población total. El buen ritmo se mantendrá ahora con la vacunación de la gente de 40 a 49 años, una franja de población bastante numerosa.

Al mismo tiempo, sin embargo, no se puede bajar la guardia. Este domingo el ARA ha sido testigo de que la laxitud ambos lados de la frontera administrativa de la Jonquera es máxima: casi no se para a ningún vehículo para comprobar que los ocupantes lleven una PCR negativa, y los horarios con presencia policial no son muy amplios, precisamente. Hay personas, de ambos lados, que sí que van correctamente documentados, pero hay muchos que no porque ya saben que no hay control. Y no todos provienen de los 30 primeros kilómetros más cercanos a la frontera, cuyos habitantes tienen movilidad libre. Nada hace pensar que a partir de este lunes se vaya a ser más estricto.

En paralelo, y por quinto fin de semana consecutivo, se cuentan por miles los desalojados en Barcelona por aglomeraciones en botellones sin medidas básicas de seguridad.

No pasaría de aquí si no fuera porque la Rt se mantiene ya demasiada tiempo estabilizada alrededor del 1, y esto quiere decir que la transmisión del virus y los nuevos casos se mantienen constantes y no bajan. La mascarilla y una actitud preventiva continúan siendo unas grandes aliadas.

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