ABANS D’ARA
Opinió 27/05/2022

El duque de Windsor (1972)

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN 1972
3 min
El duque de Windsor (1972)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsDe Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939 - Bangkok, 2003) a Triunfo (10-VI-1972) arran de la mort, avui fa 50 anys, del duc de Windsor (Londres, 1894 - París, 1972). Va ser Eduard VIII del Regne Unit a la mort del seu pare Jordi V (gener 1936). Poc després va abdicar per casar-se amb Wallis Simpson (Pennsilvània, 1896 - París, 1986). Un matrimoni assidu en la crònica mundana de mitjan segle XX.

Eduardo era guapo, encantador, elegante y un maduro príncipe. Un tanto inerte, el hombre esperaba la muerte de su padre con una mezcla de abulia y expectativa, heredada precisamente de sus antepasados. La Reina Victoria tardó tanto en morirse, que la resignación se convirtió en la principal virtud de los príncipes herederos del reino. Eduardo, pues, recibió con un cierto desdén la noticia de que el Rey había muerto y de que, por tanto: ¡Viva el Rey! Graves tribulaciones amenazaban su corazón. Estaba enamorado de una divorciada norteamericana, y los buenos Reyes no se casan con gente que no son de sangre azul y, además, que posean el estigma del divorcio. Pero en el fondo del corazón del Rey Eduardo algo le advertía de que debía ser fiel a sí mismo para no ser infiel a su pueblo. Y eligió el amor. A los 10 meses de reinado, el Rey abdicaba en su hermano Jorge, se despedía con un patético “Adiós, muy buenas” de su pueblo y partía hacia un voluntario exilio, donde le esperaba la divorciada americana. No por ello se derrumbó la monarquía en su país legendario. Al contrario, el pueblo comprendió que la excepción confirma la regla. […] Decorativo o no, un Rey en el Reino Unido de los años 30 tenía ante sí el espectáculo de una crisis política de campeonato, y no precisamente de campeonato de cricket. En 1929, el gobierno había intentado normalizar la situación exterior con el reconocimiento de la URSS y paliar consecuencias de la Gran Depresión. […] Inglaterra pasa por una época crítica, como toda Europa, como todo el mundo. Se pasa por lo que se ha llamado “crisis de la democracia”, cuando en realidad debería haber recibido el nombre de crisis del capitalismo. […] Cuando Eduardo VIII se convierte en el romántico duque de Windsor, España está a punto para la guerra civil, el fascismo se ha revelado como el remiendo pobre para el capitalismo nacional inseguro y los poderosos intereses monopolísticos internacionales subvencionan por una parte a los políticos demócratas y por otra parte a los movimientos fascistas, que pueden ser la definitiva trinchera contra el avance del comunismo. […] El duque de Windsor y Mrs. Simpson nunca figuraron en el Gotha-Gotha, pero formaron parte de ese Gotha bis de profesionales de la sangre azul. Se instalaron en Francia y siempre dieron la impresión de tener problemas económicos. En 1940, el gobierno inglés concede al duque el cargo de gobernador de las Bahamas con el fin de que tenga un sobresueldo. El duque manifestó su disgusto por el evidente pluriempleo al que se veía sometido: profesional de la sangre azul y gobernador hipotético. Cuando los alemanes invadieron Francia, el duque se trasladó a España y Portugal. […] Embarcó hacia las Bahamas, resignado con el pluriempleo. Al acabar la guerra vivió una dolce vita ingenua, alejada de la dolce vita basada en los dineros del boom neocapitalista. […] Misterios de la mitificación popular: los Windsor en los años 60 conservaban aún una clientela sentimental adicta. […]

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