El neorrealismo portugués
Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]
Dejaré constancia de uno de los movimientos literarios del Portugal contemporáneo: el neorrealismo. Pero debo aclarar enseguida de que si lo escojo no es al azar, ni a causa de una inclinación personal; si le doy trato preferente es porque, aparte de la importancia que cada cual quiera adjudicarle, se trata de un movimiento que nació y se desenvolvió con la voluntad de convertirse en expresión de la conciencia cívica de un pueblo sometido a unos condicionamientos político-sociales que le impedían ser dueño de sus propios destinos; y lo que está ocurriendo en Portugal desde el 25 de abril entra de lleno en las aspiraciones del neorrealismo. […] ¿El neorrealismo portugués no se limitará a la propaganda política o al panfletismo social, con valor literario escaso o, tal vez, nulo? Hace 25 años que esta interrogante fue formulada y su eco no se ha apagado. […] La proclamación de la República en España, en 1931, y, sobre todo, la guerra que terminó con ella, marcó profundamente a los portugueses que creían que de su desenlace dependería el futuro político de su país: creó tensiones, luego renovadas durante la Guerra Mundial, que necesitaban de algún cauce para manifestarse. Fue así como nacieron los primeros tanteos de una literatura comprometida a través de la cual se pretendía enfocar la problemática social apropiándose de la multividencia materialista-dialéctica. Este nuevo movimiento, el neorrealismo portugués, recibió en su primera época influencias extranjeras, del Brasil y de los Estados Unidos, principalmente, pero, básicamente era autóctono. […] Era, sobre todo, en el Ferreira de Castro de Emigrantes (1928) que el neorrealismo adentraba sus raíces. […] Con el neorrealismo, el proletariado rural y el urbano (el rural es el que ocupa un lugar preferente por ser el que predomina en Portugal) aparece, por primera vez, como sujeto y no como objeto de la creación literaria, si bien, a pesar del distanciamiento que adopta con los personajes por él creados, el autor neorrealista de los años 40 roza muchas veces una actitud romántica y un cierto utopismo. Al iniciarse la década de los años 50, el neorrealismo portugués recibirá la influencia del existencialismo, influencia facilitada por la herencia del “presencismo”, de la cual, a pesar de oponerse a ella, no había conseguido desembarazarse. También será influenciado por el “nouveau roman” y por el estructuralismo, y en ocasiones, adquirirá ciertas facetas de realismo mágico, […] pero tendrá siempre, como denominador común, el constituir la expresión pública de la problemática social portuguesa. […]