Sánchez se sale con la suya

Casi los únicos apoyos que ha tenido Sánchez han llegado de medios extranjeros como 'The Economist'

Rosa Paz
2 min
Moment en què Pedro Sánchez ha votat aquest diumenge en un col·legi de Pozuelo, a Madrid

Pedro Sánchez ha conseguido su objetivo. Ha ganado las elecciones con un resultado cercano al 30% de los votos, ha doblado prácticamente al PP, que no llega al 17% y ha perdido 70 escaños, y podrá gobernar con el apoyo de Unidas Podemos, el PNV y Compromís y el respaldo de los independentistas catalanes.

El líder del PSOE, que sale muy reforzado, ha logrado este éxito remando contra viento y marea, contra la derecha y los medios de comunicación cercanos a los tres partidos que querían montar su tripartito y que le tildaban de “vendepatrias”, de gestor caótico y de hacer unos presupuestos comunistas. Pero también ha tenido que pelear contra la influencia de sus enemigos internos, que ayer sufrieron el segundo revolcón después de la derrota de Susana Díaz en las primarias del PSOE de mayo de 2017.

De hecho, casi los únicos apoyos que ha tenido Sánchez en esta campaña electoral, además de sus fieles en el partido, le han llegado de los medios de comunicación extranjeros como 'The Economist' y 'Financial Times', representantes mediáticos del capitalismo liberal, que pidieron explícitamente el voto para el presidente socialista, a quien, en contraste con lo que se oía aquí, le veían como un tipo moderado y serio.

Así que Sánchez podrá seguir en el Gobierno, esta vez con mucho más respaldo electoral del que tenía hace nueve meses cuando sustituyó a Mariano Rajoy en la Moncloa tras vencer su moción de censura contra el presidente popular. Ahora cuenta con casi 40 escaños más y su revalidación en las urnas.

La debacle del PP, la escasa remontada de Ciudadanos y la irrupción de Vox en el Congreso con menos fuerza de la que le atribuían algunos sondeos, demuestran que los ciudadanos españoles no son tan radicales como podrían haber pensado estos tres partidos, cuyos líderes han hecho discursos casi indistinguibles. Especialmente el popular Pablo Casado, llegado el pasado mes de julio a la presidencia de su partido y cuya renovación ha resultado ser un fracaso estrepitoso. Casado se sintió arrastrado por el discurso ultraderechista y nacionalpopulista de Vox, que, pese a todo, le ha robado una parte los electores.

Pocas cosas pasarán en la política española antes de las elecciones municipales, europeas y autonómicas en 12 comunidades autónomas del 26 de mayo. Unos comicios que los partidos se plantean como una segunda vuelta a la que no quieren llegar con compromisos que lastren sus expectativas. Pero se verán algunas tendencias. Por ejemplo, la dificultad del pacto de Sánchez con Unidas Podemos, empeñado como está Pablo Iglesias en confluir en un gobierno de coalición, una hipótesis que los socialistas preferirían evitar. Un hipotético pacto de gobierno con Ciudadanos parece a día de hoy inviable, dada la mala relación entre Sánchez y Albert Rivera y la promesa de este último de no pactar jamás con el PSOE.

Se verán también las grietas en el PP, que harán tambalearse a Casado. Y, lo más importante, se verá que dada la composición del Congreso de los Diputados y la dureza de esta derecha tripartita no habrá posibilidades de afrontar grandes reformas, ni de la Constitución ni de nada. Lo máximo mantener la mano tendida a Cataluña frente a los que solo quieren mano dura.

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