Trump, ¿y ahora qué?

Núria Ferragutcasas
3 min
Trump, i ara què?

PeriodistaHace cuatro años, en un Washington frío y tapado por nubes grises y espesas, Donald Trump llegaba al poder y pronunciaba el discurso de inauguración de su presidencia, que ha pasado a ser recordado como el de la “carnicería americana”. El entonces magnate neoyorquino se presentó al mundo como un outsider de la política, describió unos Estados Unidos azotados por la pobreza, las drogas y la delincuencia, y con contundencia declaró: “Esta carnicería americana acaba aquí y acaba ahora”. Esa frase lapidaria -un retrato oscuro y, para muchos, distorsionado del país de ese momento- ha acabado por definir su legado.

Cuatro años más tarde, en medio de una pandemia que ha causado, de momento, la muerte de más de 400.000 norteamericanos, una crisis económica y un desempleo récord, además de una fuerte polarización política que ha amenazado sus fundamentos democráticos, Trump pintó otro retrato del país alejado de la realidad en su parlamento de despedida. Aseguró que su gobierno había conseguido grandes éxitos económicos, diplomáticos y sociales, y que, a pesar de “la peor plaga desde el 1917”, dejaba a los EE.UU. en muy buena posición. Así, el ya expresidente norteamericano empezó la jubilación lejos de la Casa Blanca haciendo lo que antes han hecho muchos de sus antecesores: definir y pulir su legado.

En este segundo acto de su vida, los expresidentes escriben memorias de los años en el poder, hacen discursos muy bien pagados, supervisan la construcción de su biblioteca presidencial y se dedican a otros asuntos públicos o privados. Trump, seguramente, también escribirá un libro -o se lo escribirán-, pero será un expresidente tan atípico como ha sido su liderazgo. Es muy poco probable que se aleje de la atención mediática y política, a diferencia del republicano George W. Bush, que se dedicó a pintar cuadros en su rancho de Texas. De hecho, en el discurso de ayer, Trump prometió volver “de alguna manera”, consciente de que todavía es muy influyente y popular entre las bases y votantes republicanos. Trump ya estudia presentarse a las presidenciales del 2024 y podría conseguir ser el segundo presidente que gobierna en dos mandatos no consecutivos. El primero fue Grover Cleveland, que dejó la Casa Blanca en 1889 y volvió reelegido en 1893.

El peso de la ley

Pero el ataque al Capitolio del 6 de enero, que marcará su legado, y una serie de acciones legales podrían afectar a los planes de futuro de Trump. Que prosperara el segundo juicio político contra él, que se celebrará en las próximas semanas en el Senado, podría impedir su candidatura. A pesar del apoyo de algunos republicanos a censurar a Trump por su papel en la instigación de la insurrección, muchos analistas creen difícil que este segundo impeachment salga adelante. También tendrá que hacer frente a una serie de acciones legales civiles y penales relacionadas con los negocios de su familia y sus actividades antes de asumir el cargo. Sin la protección del cargo presidencial, Trump podría acabar condenado a pagar grandes multas por delitos como fraudes fiscales y bancarios.

Peor índice de popularidad

De momento, Trump ya ha formado un comité de acción política que le permitirá recaudar dinero y mantener su influencia en el Partido Republicano. Y lo hará tanto si se decide a volver a presentarse a la Casa Blanca como si lo hace alguno de sus hijos. En los próximos meses, y sobre todo en las primarias de los comicios legislativos del 2022, se verá si los hechos del 6 de enero, que han hecho que deje la Casa Blanca con el peor índice de popularidad de su presidencia, han afectado a su poder entre las bases conservadoras.

El magnate inmobiliario y showman de la televisión durante más de una década también está considerando otras posibilidades, como crear una plataforma social para competir con Twitter -que lo ha echado- o un canal de televisión. Por otro lado, podría decidir colaborar con los medios conservadores que le han sido más fieles, como One America News o Newsmax. Con un programa de televisión, Trump podría saciar su sed de atención pública. Además de los problemas legales y de las opciones mediáticas, tendrá que encarar retos financieros, como la depreciación de su marca comercial por la polarización de la presidencia y el golpe que ha supuesto la pandemia para sus propiedades inmobiliarias y de ocio (hoteles y campos de golf).

Sí, Donald Trump ha dejado la Casa Blanca, pero, les guste o no, seguirá muy presente en la vida de los norteamericanos.

stats