CRÍTICA DE TV

La serie que no os podéis perder

'Gambito de dama' tiene la solidez de una gran partida de ajedrez

Mònica Planas
2 min

The queen’s gambit (Gambito de dama) es un tipo de apertura del ajedrez y el título de una de las mejores series de Netflix. Creada por Scott Frank y Allan Scott a partir de la adaptación de la novela de Walter Tevis, son siete capítulos que te transportan por una historia cautivadora. Gambito de dama es un cuento, es un biopic de una protagonista inventada que pasa de la niñez a la edad adulta, es un melodrama lleno de personajes extraordinariamente bien trabajados, es una gesta apasionante y verosímil del mundo del ajedrez, es un relato con trasfondo feminista, es una recreación muy chic ambientada en los años 60, es un drama sobre miedos, traumas, adicciones y obsesiones, pero también un relato sobre la amistad. En definitiva, es una muy buena serie con la interpretación magnética de la actriz protagonista, Anya Taylor-Joy. Gambito de dama explica la niñez y juventud de Beth Harmon, una niña huérfana que descubre el ajedrez en el internado. El enigma que esconden esas sesenta y cuatro casillas blancas y negras se convierte en su refugio para subsistir emocionalmente, hasta el punto de que serán su salvación para abrirse al mundo. Ella aspira a convertirse en la campeona mundial de ajedrez. Taylor-Joy se fusionará maravillosamente bien con este personaje y será capaz de imbuirnos de su capacidad de concentración. La serie construye una intimidad alrededor de la protagonista que nos convertirá en discretos espías de su soledad. El guion es perfecto porque no solo sabe utilizar los diálogos en la justa medida sino también los silencios y las miradas para decir las cosas más importantes. El diseño de producción y la ambientación son exquisitos, igual que el vestuario y la peluquería. A nivel de realización, los movimientos de cámara no son nunca inocentes y aportan información complementaria a la escena. La manera en que la música acompaña las partidas de ajedrez, convirtiéndolas en emocionantes aunque no entiendas nada del juego, es magnífica.

En el primer capítulo hay una escena de un suspense trepidante mientras todos los personajes miran la proyección de Cleopatra en la sala de cine del internado. La manera en que la serie recoge elementos culturales y de actualidad de los años sesenta para filtrarse discretamente en las vidas de los personajes es un trabajo de orfebrería muy selecto. Porque Gambito de dama es tan buena que no solo nos explica la vida de la protagonista sino que nos habla de una época y de unas circunstancias sociales. Una chica en un mundo de hombres y un drama que tiene mucho que ver con la estructura patriarcal de entonces, pero que nunca cae en un feminismo torpe con finalidades comerciales. De hecho, Gambito de dama no abusa nunca de nada. Es una serie que es muchas cosas a la vez, pero no se aboca a ningún tópico dramático. En todo caso, juega a hacerte creer que en cualquier momento esto podría pasar y nunca te da la razón. A pesar de ser una serie emocionante, es contenida y no pierde el equilibrio. Tiene la solidez de una gran partida de ajedrez, donde el guion hace unos movimientos perfectos hasta el jaque mate final.

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