Los grandes perdedores del Brexit en Europa

El presupuesto, el automóvil, los pescadores franceses y el turismo en España

Júlia Manresa Nogueras
3 min
Cues de camions per agafar un transbordador al port britànic de Dover.

Corresponsal en BruselasTodos salimos perdiendo con el Brexit, que se ha pactado con el acuerdo en tiempo de descuento, esta jueves por la tarde. Instituciones europeas, economistas y académicos de todo tipo hace años que hacen esta advertencia, incluso antes del funesto referéndum en el que el Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea después de años de una relación tan estrecha como complicada. Siguiendo esta premisa, pues, los perdedores europeos del Brexit son una interminable lista de perjudicados por flancos tan varios que van del campo y las granjas a las bolsas: ciudadanos europeos con vínculos en el Reino Unido, pescadores, ganaderos, fabricantes de automóviles, brokers de bolsa y consultores de grandes firmas...

El presupuesto europeo

El Reino Unido deja un agujero de 75.000 M€ en las cuentas de la UE

Más allá del impacto político (e incluso simbólico) que implica la marcha de uno de los socios fundadores de la Unión, el bloque como institución pierde mucho dinero. El presupuesto de la Unión Europea ingresará alrededor de un 16% menos cada año (en cálculos de la Comisión, hasta unos 75.000 millones de euros en un presupuesto que tiene siete años de vigencia). Tapar este agujero ha sido uno de los principales problemas en la negociación de las cuentas comunitarias porque los países ricos no están dispuestos a añadir todo lo que faltaría y, por lo tanto, hasta el 2027, la UE tendrá menos dinero, teniendo en cuenta, sin embargo, que los ganaderos británicos ya no están entre sus beneficiarios.

El comercio centroeuropeo

Francia, los Países Bajos y también España tienen un fuerte vínculo con el país

La cuestión comercial es la que ha centrado más esfuerzos porque es donde la sacudida será más difícil de evitar. Son décadas de comercio sin aranceles, sin restricciones, sin fricciones. El Reino Unido pierde un mercado directo de 400 millones de habitantes. Casi el 45% de sus exportaciones van a parar al Viejo Continente, pero lo mismo pasa en Europa, con más o menos intensidad en función de las regiones. La conexión Calais-Dover o el comercio del puerto flamenco de Zeebrugger, donde llegan el 78% de las exportaciones británicas en Europa, cambian absolutamente las dinámicas. Más control, más burocracia y, sobre todo, más trabas que sufrirán sectores económicos diversos. Por eso, Francia, Bélgica y los Países Bajos son tres de los países más preocupados a nivel práctico.

Las industrias más potentes

El automóvil, la química y farmacéutica y las finanzas

Justamente los sectores económicos con unos vínculos más estrechos con el Reino Unido son algunos de los más potentes. La industria del automóvil británica, por ejemplo, calcula que puede perder 55.000 millones porque el 51% de sus importaciones vienen de la UE. Algunas de las regiones más ricas de Alemania, como apunta un informe del Comité de las Regiones, fabrican componentes o coches que acaban en el Reino Unido pasando por los puertos de Bélgica y Francia. Por eso se prevé que Stuttgart sea una de las más afectadas, pero también Eslovaquia, donde los coches suponen la mitad de sus exportaciones al Reino Unido. Una situación similar se produce con los sectores farmacéutico, financiero y tecnológico. Frankfurt puede sufrir la bajada de la City como centro financiero, a pesar de que también se puede beneficiar de ello.

El turismo español

El Banco de España cree que el Estado será el país más afectado

El Banco de España sitúa la economía española como la que saldrá más malparada del Brexit. Las exportaciones españolas al Reino Unido son un 3,4% del PIB (mientras que en el caso alemán son un 3,2% y en el francés un 2,5%). En 2019, el 21% de los extranjeros que visitaron España eran británicos. De aquí que las Baleares y las Canarias ya lo hayan empezado a notar. A todo esto hay que añadir la cantidad de remesas de expatriados (o emigrados) que llegan a España desde territorio británico, menos, sin embargo, que las que llegan a Polonia o Francia, donde son más de 1.000 millones de euros según el Banco Mundial. A todo esto hay que añadirle el otro grande damnificado: la libertad de circulación. Pasaporte y visados (y la burocracia que implican) serán la norma para aquellos que los puedan obtener.

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