Las claves del agónico acuerdo post-Brexit

Júlia Manresa Nogueras
3 min
Ursula Von der Leyen col·locant-se la mascareta contra el coronavirus, en el seu primer discurs sobre l'estat de la Unió al Parlament Europeu de Brussel·les

BarcelonaEl acuerdo post-Brexit pactado in extremis entre Bruselas y Londres esta tarde tiene centenares de páginas que ahora tienen que pasar por la lupa de los equipos legales de todas las capitales europeas pero también del Parlamento Europeo y de los representantes de los sectores más afectados por la separación entre el Reino Unido y la Unión Europea. Pero, grosso modo, son cuatro las claves que han permitido desencallar una complicada negociación de 10 meses que culmina un proceso todavía más accidentado que empezó con un referéndum en 2016 y que fija las bases de una nueva relación entre el Reino Unido y la Unión Europea después de casi medio siglo de formar parte del mismo club.

  • La igualdad de condiciones entre empresas

Este era uno de los puntos que más preocupaban a la Unión Europea. El mercado único europeo es, junto con el espacio Schengen, el bien más preciado y tangible de la Unión, y una de las máximas preocupaciones de Bruselas era que el Reino Unido se quisiera convertir en una especie de Singapur en el Viejo Continente, en el que se aprovechara de los beneficios del mercado único sin cumplir con los estándares europeos en materia medioambiental o laboral, por ejemplo, o recurriendo a subsidios públicos. Pero el Reino Unido se ha comprometido a no recular en los estándares europeos mencionados anteriormente y, además, a quedar bajo la supervisión de un nuevo mecanismo de control que tiene que vigilar que no se produzca este dumping y que puede articular represalias si es necesario.

  • Ni aranceles ni cuotas comerciales

Precisamente gracias al mecanismo de control anterior y al compromiso de no rebajar los estándares europeos el Reino Unido ha conseguido poder comerciar bienes con la Unión Europea sin cuotas ni aranceles, un punto del acuerdo que el premier británico, Boris Johnson, venderá como una gran victoria. Más del 40% de las exportaciones del Reino Unido van a la Unión. Se acuerda cumplir los mismos requisitos en términos de ayudas de estado (subvenciones públicas) y si se detectan incumplimientos se pueden tomar medidas al respecto.

  • Recortes en la pesca con prórroga de cinco años

Si Bruselas está acostumbrada a enlazar noches y días de negociaciones para discutir adverbios y signos de puntuación, las dos más complicadas de todas son siempre las de las cuotas pesqueras (anuales) y las del presupuesto europeo, cada siete años. Por eso, aclarar qué pasaría con las aguas que comparten las islas Británicas y el continente europeo después del Brexit no ha sido menos complejo. La pesca es un escaso 0,1% del PIB británico y un 1% del europeo. Pero es una cuestión de soberanía, casi de orgullo nacional, y de aquí el enroque. El Reino Unido pretendía recortar más de un 50% las cuotas pesqueras europeas (principalmente de Francia) en sus aguas y finalmente se ha rebajado al 25% en la mayoría de las especies. Además, se ha conseguido una prórroga de cinco años y medio de este pacto, que los libera de repetir esta dura negociación cada vez el próximo lustro, después ya tocará negociarlo cada año.

  • El respecto al Acuerdo de Paz del Viernes Santo

Irlanda del Norte es la gran beneficiaria del acuerdo del Brexit y del post-Brexit. Porque gracias al protocolo específico que permite que entre el norte y el sur de la isla no haya una frontera, a fin y efecto de respetar el Acuerdo de Paz del Viernes Santo de 1997, disfrutará de un acceso total al mercado único comunitario. Un aspecto fundamental que puede tener serias implicaciones constitucionales para el Reino Unido. Un ejemplo es el caso de las patatas de siembra. Mientras que los agricultores escoceses no podrán exportarlas a la UE, los norirlandeses sí.

stats