EL APUNTE

El 'numerito' y la señora Gavarró

El ministro de Justicia mantuvo la capacidad de comprensión de la situación a nivel alienígena, y calificó la manifestación de miles de personas de "numerito"

Esther Vera
1 min
Rigau, Mas i Ortega, saludant a les portes del TSJC, abans d’entrar a declarar al judici per la consulta.

Una jornada más definida con adjetivos épicos y un día menos de la cuenta atrás para la fecha de convocatoria del referéndum anunciado por el presidente de la Generalitat.

La aceleración política que ha vivido este país en cinco años es extraordinaria. Un marciano no entendería nada. Un hombre de provecho de Aula -acompañado por su madre, impecable de peluquería-, la exconsejera de Enseñanza, Irene Rigau, y la exvicepresidenta (de Unió), Joana Ortega, sentados ante un tribunal.

A todos ellos (excepto a la señora Gavarró) les han solicitado penas de inhabilitación y una multa a la que tendrían que hacer frente con su patrimonio personal. ¿Delito? Poner las urnas y confiar en que sería una multitud la que convertiría una consulta incierta en un acto de soberanía popular impactante por masivo y cívico.

El ministro de Justicia mantuvo la capacidad de comprensión de la situación a nivel alienígena, y calificó la manifestación de miles de personas de "numerito".

Las encuestas dicen que la sociedad catalana está dividida casi estructuralmente a favor y en contra de la independencia. Pero el apoyo al referéndum es masivo y transversal. Cuando uno ve a los peligrosos radicales Mas, Rigau y Ortega cantando Els segadors en el Fossar de les Moreres y entrando a ser juzgados por el TSJC sabe que esto no tiene marcha atrás y necesita una estrategia política inteligente y negociada.

A menos que sea verde y con trompetas en los oídos o forme parte del establishment político español.

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