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- La justicia no es justa cuando actúa con desproporción.
- Desde 2017 tres presidentes de la Generalitat -Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra- han sido condenados por desobediencia, destituidos por el 155 o inhabilitados.
- Dos candidatos a la presidencia de la Generalitat, la presidenta del Parlament y 6 presos políticos más llevan tres años en prisión por sedición.
- La externalización de la solución política a la administración de una justicia politizada mina la credibilidad y el reconocimiento de uno de los pilares democráticos básicos, hoy agrietado para muchos ciudadanos sea cual sea su ideología.
- Los costes para el Estado, en términos de calidad democrática, de la lucha contra el independentismo han hecho saltar las tapas de las cloacas y llegarán algún día a Europa.
- Quim Torra ha sido un presidente atrapado entre la espada de la fuerza imperativa de la realidad y la pared de los símbolos. Un presidente activista que considera que "uno de los obstáculos para la independencia es la autonomía" y ha subestimado la gestión de la cosa pública.
- Desgraciadamente será el Tribunal Supremo quien habrá marcado los tiempos electorales.
- La política independentista se ha instalado en la rutina de la derrota, que van alimentando el agravio, la melancolía y la tristeza colectivas.
- Torra no se ahorró un baño de masas saliendo a pie del Palau a pesar de la pandemia, una grave imprudencia que hará las delicias de la caverna.
- Cataluña necesita elecciones y una nueva generación política.