EL APUNTE

Tres elecciones y ¿cuántos funerales?

No puede haber gobierno estable sin afrontar la cuestión catalana

Esther Vera
1 min
Mariano Rajoy i la seva número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, durant el ple de constitució del Congrés.

Directora del ARADe repente, este miércoles, Rajoy despertó. Quizás después de un sueño intranquilo, como el protagonista de Kafka, pero sin rastro de metamorfosis. Rajoy continuó siendo el mismo comerciante. Un poco de vigor parlamentario, fina ironía, pero los mismos argumentos para presionar al PSOE acusándole de antipatriota si no le permite formar gobierno.

La presión no funcionó en primera votación y Sánchez mantiene la posición mientras el líder del PP se toma su propia medicina. La investidura no parece que se pueda desbloquear en la segunda votación, que tendrá lugar el viernes, y la presión sobre Pedro Sánchez se intensificará aun más. Sánchez puede ser forzado por los suyos a cambiar de actitud y el PNV puede acabar ejerciendo su legendario pragmatismo tras las elecciones vascas, pero el PP todavía estaría a un escaño de formar un gobierno crónicamente débil. A estas alturas estamos más cerca de unas terceras elecciones.

Diez horas de debate parlamentario se pueden resumir en una frase: bloqueo estructural de la política española. El Estado sigue sin afrontar la cuestión catalana. El pacto constitucional está muerto desde la sentencia del Estatut y no puede haber gobierno estable sin afrontar el alcance de la ruptura actual.

Los políticos olvidan a menudo que no importa lo que quieran decir sino lo que la gente entiende. A finales de agosto, después de dos elecciones y dos intentos de investidura, habrán fracasado Sánchez, Rajoy y Rivera. ¿Qué más necesitan para ver el alcance del problema?

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