Gloria Elizo: "No reconozco al Calvente que yo conocí"

La vicepresidenta tercera del Congreso desmiente al ex abogado de Podemos

Ernesto Ekaizer
4 min
Gloria Elizo, vicepresidenta tercera del Congreso.

MadridEn su declaración del pasado jueves, día 10 de septiembre, José Manuel Calvente, abogado despedido de Unidas Podemos, explicó que los dirigentes del partido (Pablo Iglesias, Irene Montero, Rafael Mayoral y otros) presentaron el asunto del teléfono móvil de Dina Bousselham como un robo en noviembre de 2015 para montar una estrategia de victimización de Unidas Podemos a manos de la acción de cuerpos policiales -las llamadas cloacas del Estado- para fines electoralistas. Calvente, declaró que no cree haya sido un robo. Señaló que le habían contado esta versión sobre el presunto montaje. Pero no dijo, ante las preguntas, quién se lo había informado. Calvente explicó que en la reunión del equipo legal del partido, a raíz de las filtraciones de la tarjeta del teléfono móvil a mediados de 2016 estaba presente la entonces responsable del equipo legal y miembro de la dirección, Gloria Elizo, actual vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados. La impresión de los presentes en la declaración, según informaron a ARA, es que Calvente sitúa a Elizo en el montaje.

Gloria Elizo (Madrid, 1966) desmiente en una conversación con ARA la existencia del montaje por parte del equipo legal. “No reconozco al Calvente que yo conocí” señala. He aquí el diálogo.

Gloria, le roban el teléfono móvil a Dina Bousselham. Es el 1 de noviembre de 2015. ¿Puede usted retrotraerse a esas fechas? ¿Qué hace el equipo legal del cual usted era responsable?

Tenemos conocimiento de que a Dina Bousselham le han robado el teléfono móvil tiempo después del hecho. Ella presenta una denuncia por su cuenta ese mismo 1 de noviembre. Pensamos que puede haber algo detrás, algo sospechoso. Por eso, entre las primeras diligencias que solicitamos en el juzgado de Alcorcón está la petición del posicionamiento del móvil. Pensamos que desde allí se puede sacar algún tipo de información, pero el juzgado la deniega.

¿La diligencia de posicionamiento surge del equipo legal? ¿De quién es la idea de solicitar esa diligencia?

Sí, se comenta en el equipo. La idea es mía. Luego reanudamos la petición diligencias en ese juzgado. Es cuando aparecen publicados en varios medios contenidos de la tarjeta del móvil, a mediados de 2016. Pero es un proceso. No hay construcción a priori. Ya desde nuestra personación en el caso del pequeño Nicolás, donde hemos visto cómo actúan sectores de la dirección adjunta de la policía, tenemos una idea de cómo actúa la policía. Comentamos que el robo del teléfono podría no ser obra de un delincuente común.

¿Todos los miembros del equipo? ¿Incluido José Manuel Calvente?

-Así es, nadie objeta esa hipótesis. Tampoco creo haber comentado esa idea a Pablo Iglesias. Pedimos el posicionamiento del móvil para ver si nos podía dar alguna pista, sabiendo que era una prueba muy complicada. Lo digo como fue: el equipo legal de Unidas Podemos nunca hizo una construcción predeterminada. Ya sabíamos que el partido y Pablo Iglesias habían sido objeto de operaciones como el de la falsa transferencia de dinero a través de Islas Granadinas, o el informe PISA.

Calvente sostiene que ya entonces, en 2016, en la reunión del equipo se pone en marcha el montaje…

Vamos a ver. Se está haciendo una presentación retrospectiva absurda. ¡Resulta que en 2016, tres años antes, estábamos proyectando lo que haríamos en 2019 de cara a las elecciones! Es posible que analizáramos en 2016 entre los siete compañeros del equipo legal diferentes opciones. Ahora bien, se trataba de averiguar qué podía haber detrás de los hechos que veíamos desde 2015 y 2016. Pero, vamos, ¿que eso derivaría en una pieza en un sumario a raíz del robo del teléfono? ¿Cómo va a haber una construcción para instrumentalizar o manipular eso?

¿Cuál fue la posición de Calvente en esas reuniones?

La posición de todo el equipo legal, de los siete integrantes, siempre constructiva. Nunca nadie en el equipo legal planteó hacer algo que tuviera algún tipo de riesgo político o al margen de la legalidad para Podemos o para Pablo Iglesias, o para ninguno de sus miembros. Se contemplaron diferentes hipótesis de trabajo, como es habitual. La posición de Calvente era siempre razonable y científica, por así decir, no política. Era profesional. Calvente no hizo objeción alguna. Recuerdo que en esas fechas, primavera de 2016, a través de unos testigos, citados precisamente por policías cercanos a Villarejo y a Pino para impulsar algo contra Podemos, aportaron información de que se preparaba una campaña contra Podemos. Teníamos consciencia pues de que sufríamos un ataque continuo. Presentamos querellas por el informe PISA contra Eugenio Pino y la dirección de la policía. Fueron todas archivadas.

Usted, por tanto, no reconoce al Calvente de estos días…

No, no reconozco a José Manuel.

¿Se gestionó mal por parte de la dirección de Unidas Podemos su despido?

Posiblemente se gestionara mal. Sí, se gestiono mal. Primero porque ni siquiera se me informó a mí el día 3 de diciembre de 2019. Y además los juzgados han desestimado el motivo del acoso sexual esgrimido, algo que todo el mundo en Unidas Podemos consideraba falso, lo que influye directamente en el comportamiento de Calvente. Pero él es un profesional y es el primero que lo sabe: no va a ningún lado con estas pseudodenuncias.

¿Cómo y cuándo entra Calvente al equipo legal?

Entra en el verano de 2014. Sobre todo para temas de ley orgánica de la ley de protección de datos, y lo hace a través de Luis Alegre [profesor de Filosofía de la Universidad Complutense, entonces miembro del Consejo Ciudadano]

La acusación de acoso sexual es resultado de una denuncia de una letrada, Marta Flor Nuñez, que a su vez también ha alardeado de tener una relación sentimental con un fiscal del caso Tándem-Villarejo que explicaría presuntas informaciones obtenidas por Unidad Podemos. Parece que el teniente fiscal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, Carlos Ruiz Alegría, desmentirá en su informe. Vamos una milonga.

Está entre milonga, invención y, desde luego, una exageración procesal de una letrada que quizá pensara que inventarse esa relación le daba un protagonismo mayor en el equipo. Pero la relación con los fiscales fue estrictamente profesional.

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