Esperando la bomba de Correa
La fiscal Concha Sabadell, miembro de la Fiscalía Anticorrupción, ha ganado por KO a las defensas de los acusados en las nulidades y demás presuntas irregularidades de la investigación planteadas en las llamadas cuestiones previas del juicio del caso Gürtel 1999-2005.
El tribunal sólo admite que aquellos acusados que no pertenecen al núcleo duro de Francisco Correa y que están imputados en operaciones aisladas puedan comparecer cuando se trate de las mismas y no tengan que estar presentes durante toda la vista oral. Los “acusados más relevantes” tendrán que hacer pena de banquillo durante todas las sesiones. Por ejemplo: en la sesión prevista para hoy sólo deberán concurrir seis acusados del grupo Correa.
El presidente del tribunal y ponente, Ángel Hurtado, apuntó antes de ir al receso de la mañana lo fundamental. “El juicio no se va a suspender”, dijo, como para que nadie se hiciera ilusiones. Al regresar y pronunciarse sobre las nulidades y presuntas irregularidades, advirtió que el tribunal ya se va haciendo a la idea de que el juicio durará mucho más de lo previsto. En principio, las declaraciones de los acusados, que pueden dar comienzo hoy martes, iban a durar hasta Navidades.
La fiscal Sabadell, que sólo se bebió dos tragos de una botella pequeña de agua mineral –no le han puesto vaso- durante la hora y media de su ataque a las defensas, hizo algo más que rebatir punto por punto las presuntas irregularidades e indefensiones. Demostró que conoce al dedillo la causa, de unos 700.000 folios, que ha instruido desde 2007 y 2008. Durante su exposición demostró que todas las cuestiones planteadas por las defensas ya habían sido resueltas por la sala de lo penal de la Audiencia Nacional en los diversos recursos presentados. Y señaló una a una las resoluciones y sus fundamentos jurídicos.
Lo que las defensas presentaban como hechos nuevos, “un intento desesperado e infructuoso”, según dijo, trataban de “eludir la responsabilidad penal”. Su línea de ataque, técnicamente hablando, se dirigió a Miguel Durán, abogado de Pablo Crespo, el número 2 de la trama Gürtel, que ha “abusado”, según la fiscal, de la teoría del árbol envenenado. Es decir: que todo el procedimiento está viciado porque se ha originado en las grabaciones presuntamente ilícitas del exconcejal de Majadahonda José Luis Peñas, también acusado, y en las escuchas de algunos acusados en prisión con sus letrados por orden del primer juez instructor, Baltasar Garzón. La fiscal Sabadell citó las resoluciones que dan por lícitas esas grabaciones. Y respecto de las escuchas, demostró que se había expurgado y anulado lo que pudiera ser información.
La fiscal explicó que el propósito de las defensas denotaba mala fe al omitir que las cuestiones planteadas ya habían sido resueltas durante la instrucción, quizá con la esperanza de que el tribunal no conociera esas resoluciones por la gran extensión de la causa.
Una de las cuestiones más complejas ha sido la documentación procedente de las comisiones rogatorias de Suiza referida a delitos de defraudación fiscal. Si bien en Suiza pagar menos impuestos directos (elusión) no es un delito penal sino una infracción, en España sí lo es cuando excede la cuota de 120.000 euros anuales
Por ello, los datos de las cuentas bancarias del extesorero Luis Bárcenas (y por analogía la de otros cinco acusados) no pueden por “reserva de especialidad” ser usados para probar delitos contra la Hacienda Pública. Sin embargo, Suiza permite la utilización cuando se hace un montaje de defraudación con sociedades pantallas, testaferros y falsedades, lo que llaman, tanto en Suiza como en Andorra, escroquerie fiscale.
El Ministerio de Justicia helvético ha resuelto que se acusa a Bárcenas por escroquerie fiscale en España. El extesorero ha recurrido ante el Tribunal Penal Federal y ya ha perdido. Pero el extesorero ha presentado una última apelación ante el Tribunal Federal, el Supremo helvético, que será resuelto en pocas semanas. El tribunal resolvió ayer incorporar los datos de Suiza y valorará la prueba en la sentencia.
Hoy pueden empezar a declarar los acusados. El primero es Jacobo Gordon, compañero de clase de Alejandro Agag, el yerno de José María Aznar, quien ha llegado a un pacto con la Fiscalía.
Pero en el hall, durante los recesos, solo se habla de una cosa: ¿cuál va a ser la bomba política que deparará en el juicio la declaración de Francisco Correa, el hombre que ha mantenido la boca cerrada hasta ahora? Busca un pacto con la Fiscalía. Pero la fiscal Sabadell no se compromete. Quiere escuchar lo que Correa tiene que decir.
