El Estado va perdiendo 20.000 M€ de las ayudas prestadas a Bankia

El castigo del mercado bursátil a su gestión echa a Goirigolzarri en brazos de Fainé

Ernesto Ekaizer
4 min
José Ignacio Goirigolzarri / EFE

MadridLa gestión del equipo de José Ignacio Goirigolzarri ha sufrido tal castigo por parte de los mercados financieros durante sus ocho años de gestión que el viernes pasado -con una subida especulativa de los títulos de Bankia del 32%, propulsada por las noticias de fusión con CaixaBank- las ayudas del Estado de 22.424 millones de euros a cambio del 61,4 % de participación se quedaban reducidas a un valor de 2.160 millones.

En realidad, si se toman valores medios y se calcula el valor de mercado de Bankia en 3.000 millones de euros, la participación del 61,4% del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ascendería a 1.830 millones. A esta cantidad, pues, se reducen los 22.424 millones de capital de mayo de 2012, lo que daría una pérdida de 20.594 millones.

Cualquier gestor de una empresa pública normalmente debería dar alguna explicación sobre estos resultados, máxime cuando tanto Luis de Guindos -quién seleccionó al presidente de Bankia para sustituir a Rodrigo Rato- como Goirigolzarri, defienden la filosofía de que el valor de la acción, la remuneración del accionista, es lo que separa al buen gestor del malo.

Y que las acciones de Bankia hayan experimentado caídas más fuertes y sostenidas que las otras acciones bancarias, tampoco se explican por los efectos de la covid-19. Porque, sí, con una participación mayoritaria del Estado vía el FROB en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), Bankia es una entidad de mayoría de capital público.

Pero he aquí que al día de hoy tanto Bankia, como el FROB y la Sociedad Gestora de Activos procedentes de la reestructuración bancaria (SAREB o banco malo), que adquirió 22.317 millones de activos deteriorados a Bankia a precios de mercado, siguen con tres presidentes nombrados durante el gobierno de Mariano Rajoy y la gestión de Guindos: Goirigolzarri (2012), Jaime Ponce (2015) y Jaime Echegoyen (2015). El FROB, por decisión propia, nunca ha solicitado tener consejeros en el consejo de administración de Bankia.

En otros términos, Bankia nunca ha funcionado, desde su salvamento en mayo de 2012, como un banco de mayoría de capital público, como quería el vicepresidente Pablo Iglesias, que según fuentes de Unidas Podemos ayer aún no había recibido ninguna explicación del gobierno. Precisamente, esta independencia completa -se limita a informar al FROB sobre la gestión cada cierto tiempo- ha facilitado a Goirigolzarri ahora lanzarse al proyecto de fusión con Isidre Fainé, presidente de la Fundación Caixa, quien manda accionarialmente en CaixaBank.

Luz verde del Banco de España, el BCE i el gobierno

Un proyecto que cuenta con el visto bueno, según dice un banquero consultado por ARA, de la santísima trinidad: el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; la vicepresidenta Nadia Calviño y por último, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Luis de Guindos.

Mira por dónde, el pasado 28 de julio, el departamento de supervisión del BCE hizo público un informe llamado Análisis de vulnerabilidad covid-19 en el que se examinaba el impacto de las consecuencias económicas de la pandemia sobre la situación de 86 entidades financieras europeas.

Aunque concluía que el sector bancario estaba "bien capitalizado para enfrentar los problemas inducidos del estrés pandémico" (en relación a las exigencias de capitalización) advertía también de que en el caso del peor de los escenarios previstos, con un aplazamiento de la recuperación económica, las autoridades debían estar preparadas para aplicar las consiguientes medidas.

Si bien el informe no menciona a las entidades, fuentes financieras consultadas señalan que en círculos del BCE varios bancos españoles, entre ellos CaixaBank, no salían bien parados. Guindos, unos días antes de hacerse público el análisis señaló en Madrid: "El proceso de consolidación es ineludible y espero que en las próximas semanas, en los próximos meses, se vaya produciendo de alguna forma este proceso de consolidación". Esas fuentes señalan que Guindos animó sigilosamente a Gorigolzarri y a Fainé, con quienes mantiene una relación fluida, a dar el paso inicial.

La operación de fusión se desarrollará mediante una ecuación de canje de acciones a determinar. La entidad "rescatada" será en este caso la más grande: CaixaBank. Pero precisamente por su tamaño será la que absorba a la más pequeña, Bankia. Bankia dice en sus libros que su patrimonio neto vale unos 13.000 millones, pero el mercado pone ese otro valor que ha oscilado entre los 2.000 y 3.000 millones.

Las cuentas de Bankia y CaixaBank

Goirigolzarri, según explicó Jerónimo Martínez Tello, exdirector general de supervisión del Banco de España, en sede judicial y parlamentaria, pidió más fondos de los necesarios para hacer el saneamiento, que se podía haber cubierto con 13.000 millones, añadidos a las participaciones preferentes de 4.465 millones. Los nuevos gestores quisieron un "colchón" y lo lograron: 5.000 millones más de los necesarios.

A su vez, el mercado cotiza las acciones de CaixaBank al 45% de su valor en libros. Lo que dicen los libros es que vale aproximadamente 24.000 millones, pero el mercado da unos 12.000 millones. Pero quién va a pagar es la entidad más grande, que absorberá, es decir, CaixaBank. Y lo hará con sus propias acciones.

"Si la operación se hace ortodoxamente, CaixaBank pagará con sus acciones, valoradas a precio de mercado, es decir, al 45% de su valor en libros. Este será el precio de mercado de Bankia. Y como esas acciones de CaixaBank están por debajo del valor en los libros hay un deterioro. CaixaBank comprará, pues, un banco saneado, sin reconocer su propio deterioro, el que está dictando el mercado al cotizar sus acciones por debajo de su precio en libros", señala un financiero consultado por ARA.

Precisamente, al no reflejarse, mediante un saneamiento previo, el deterioro de la acción con que pagará CaixaBank -entre el precio de la acción en libros y el precio real que marca el mercado- la nueva entidad resultante, que seguirá bajo control accionarial del 30% de la fundación La Caixa y contará con una participación del Estado del orden del 14%, nacerá, según otros analistas consultados, con un deterioro "no reconocido".

Todas estas circunstancias exigirían por estar implicada una entidad de mayoría pública la intervención del Estado y del Tribunal de Cuentas. "El hecho de que el Estado tenga una participación importante en el capital de la entidad resultante no deja de ser una circunstancia muy relevante. CaixaBank contará con lo que accionistas y mercados consideran una garantía, cuyo valor es muy importante", señala el financiero consultado.

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