La nueva oleada de censura sexual

¿Dónde está el límite? ¿Un escote amplio es sexualmente sugerente?

Amarna Miller
2 min

Vivimos tiempos complicados. Una imparable oleada de censura está oscureciendo el único reducto de información libre que teníamos hasta ahora: internet. Las condenas por enseñar cualquier cosa que no sea considerada “para todos los públicos” se están endureciendo. Perfiles bloqueados. Creadores censurados. Páginas eliminadas.

La semana pasada Instagram llevó a cabo una de sus purgas periódicas en busca de cuentas de trabajadoras sexuales. Perfiles que, por cierto, ya tenían sus fotos debidamente tapadas para ocultar pezones, nalgas descubiertas y cualquier vestigio de contenido sexual. Y aun y con esas, decenas de personas abrieron la app para encontrarse con su cuenta deshabilitada. El mensaje que aparecía informaba a los usuarios de que el contenido “sexualmente sugestivo” y el lenguaje “sexualmente explícito” no está permitido en la plataforma. Pautas que por cierto, ni siquiera aparecen en sus Normas Comunitarias.

Y con una definición así de abstracta ¿Dónde está el límite? ¿Un escote amplio es sexualmente sugerente? ¿Y qué pasa si se te sale la cacha del culo por fuera del pantalón? ¿Hablar de educación sexual en tu foto cuenta como lenguaje explícito? Vivimos un momento en que el miedo a la ofensa está acotando la libertad creativa. Tenemos tanto miedo de incomodar a alguien, y tantas ganas de sentirnos moralmente superiores por proteger a las minorías oprimidas que estamos dando alas a la censura, la represión y el puritanismo.

Está llegando ese punto en que el problema no es mostrar desnudos ni hablar de temas escabrosos. El problema es existir más allá de lo moralmente aceptado. Sobre todo, cuando intentas situarte públicamente como sujeto activo. El problema no es que las trabajadoras sexuales publiquen desnudos, el problema es que existan en la plataforma. Así que si borramos sus perfiles, problema solucionado.

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