CRÍTICA TV

Imágenes que duelen

Los ataques con armas químicas generan unas imágenes terribles de sufrimiento, agonía y escenas de muchos nervios y angustia

Mònica Planas
2 min
Els EUA van recordar que el règim sirià usa armes químiques contra la població.

Los ataques con gas tóxico en Siria, presuntamente provocados por el régimen de Asad, han generado una avalancha de imágenes trágicas en los informativos. Por suerte, cada vez más, los presentadores advierten a la audiencia de la dureza de las imágenes que están a punto de ver. La alerta es imprescindible porque no todos los espectadores están preparados para observar el horror y hay ocasiones en que al menos prefieres estar prevenido o mirar la pantalla sólo de reojo. Pero el consejo del presentador puede convertirse en un arma de doble filo y parecer un reclamo: un énfasis en el hecho de que lo que se está a punto de emitir tiene una morbosidad especial. Ahora las televisiones se justifican diciendo que por las redes sociales corren imágenes mucho peores y casi parece una sugerencia para buscarlas si no has tenido bastante. Pedro Piqueras en Telecinco lo advertía especificando que no habían puesto en la noticia todo el material de que disponían, casi como si los tuviéramos que agradecer el criterio periodístico, que se debería dar por supuesto.

La diferencia en el tratamiento de las imágenes en la televisión pública y en la privada radica, sobre todo, en el tipo de relato que las acompaña. Tanto en el Telediario de La1 como en el Telenotícies de TV3 la voz en off no refuerza lo que las imágenes transmiten por sí solas. En las privadas, en cambio, hay una descripción que reitera el horror visual, y que convierte la noticia en una recreación más dramática. "Respira con dificultad Aúnque sus ojos se mueven deprisa", especificaba la voz en off nada más arrancar la noticia de Telecinco, con la imagen clavada en el rostro de una niña que respiraba con la ayuda de una máscara en el hospital. "Intentan limpiar la piel de los más pequeños con mangueras de agua, aliviándolos de un dolor insoportable. Apenas pueden abrir los ojos. El gas tóxico las ha cegado", decían en Antena 3 sobre las imágenes de unos hombres rociando deprisa a unos niños muy pequeños. "No pueden respirar: sangran por la nariz y la boca, se asfixian y mueren", detallaban en Cuatro sobre las imágenes de gente agonizante.

Los ataques con armas químicas generan unas imágenes terribles de sufrimiento, agonía y escenas de muchos nervios y angustia. Su efecto indiscriminado afecta a población civil y a muchos niños. Y eso supone un impacto mediático muy potente. Se les supone una crueldad extra porque a nivel televisivo los espectadores hemos asimilado las muertes por armas de fuego y bombardeos de población civil como algo inevitable y habitual. Las de estos últimos días con sustancias químicas son de una dureza añadida y las otras una lógica tragedia consecuencia de la guerra que vivimos con cierta rutina. Daños colaterales. Vivimos tan anestesiados por las imágenes bélicas que acumulamos con los años que en estas formas alternativas de matar leemos un horror extra, como si la otra no fuera tan terrible.

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