Carles Capdevila: "Cuando escribes desde el corazón, llegas al corazón de la gente"

Conversación con el periodista y escritor. Publica 'La vida que aprenc', el que considera el libro "más importante y personal" que ha hecho

Antoni Bassas
7 min
CARLESCAPDEVILA: “Quan escrius  des del cor, arribes al cor de la gent”

¿Cómo estás, Carles?

Gran pregunta. La respuesta breve es que bastante bien, que voy haciendo. Si estoy aquí contigo es buena señal, si saco un libro para Sant Jordi es buena señal. La versión ampliada es que por culpa del cáncer y de los tratamientos tengo una vida complicada, porque los tratamientos y la enfermedad te limitan la actividad. Pero entre vida y complicada me fijo más en vida.

Has titulado el libro 'La vida que aprendo', pero a juzgar por el tono, 'Alegría de vivir' podría haber sido un título finalista.

Vida es mi sustantivo preferido. Es el único y mejor que tenemos. La vida me ha gustado mucho siempre, y ahora más. Y aprender es el verbo que más me gusta. Es extraño, porque casi siempre aprendes cuando ya es tarde, cuando tienes que pasar por algo para aprender. Pero me siento en un momento de ciertas conclusiones y la síntesis sencilla, recogida en el libro, es ésta: vivir es venir a aprender como puedas, a amar y cuidar.

Que siempre te ha interesado la vida se comprueba siguiendo tu trayectoria. En este sentido, la enfermedad puede haber cambiado la intensidad de la mirada pero no la dirección.

Totalmente. Con el cáncer existen estas leyendas sobre el hecho de que te hace mejor, cuando, en realidad, el cáncer es una putada que te hace de todo. Es cierto que a veces te hace estar más lúcido, porque tienes un problema bastante gordo para que los pequeños te afecten menos. Para mí, el aprendizaje más grande que saco de la enfermedad es cómo perder los miedos pequeños. Tengo unos cuantos miedos grandes, no sólo a la muerte, también al dolor. Antes, por Sant Jordi, habría estado histérico pensando cómo iría el libro, y ahora estoy tranquilo (sonríe). Hay mucha gente que durante años me ha dicho que debería hacer un libro con los artículos, y ahora comprobaremos si lo decían en serio o no...

Releyéndote, creo que hay una "técnica Capdevila" para los artículos. La primera, comenzar con una afirmación rotunda.

Cuando tengo alguna certeza, comienzo afirmando, sí. Nunca me ha gustado mucho esconder y que hubiera suspense.

Incluso en el título. A veces es el resumen de la tesis del artículo.

Exacto. La frase que me gusta más, si puedo, la pongo en el título. Es curioso, porque empiezo con una afirmación y luego la matizo. Al articulismo se le exige mojarse, y matizar se confunde con no mojarse. Cuando era tertuliano tenía la tentación de ser sincero y decir que de algo no sabía nada o que me lo iba a pensar, pero esto está mal visto.

Después, llegas a conclusiones inesperadas, y al final siempre das una salida, aunque no sea fácil.

Eso que dices de las salidas me gusta mucho y creo que los que nos dedicamos a comunicar tenemos la obligación de ofrecer un poco de luz. Me gusta cuando la gente me dice que un artículo les ha ayudado, es el mejor elogio que puedo recibir.

Hablando de gente, en tus artículos a menudo hay una división de la humanidad entre ingenuos y cínicos.

Tengo la teoría de que hay un 2% de gente que es activa, que hace cosas. He visto a mucha en Hostalets de Balenyà. Mi padre es un ejemplo. Pues bien, para cada uno de estos emprendedores hay un molestón, otro 2%, que son los de "esto no irá bien". Y el 96% depende de quien tire más. Si te encuentras un emprendedor, te lía pero eres feliz. A esta gente siempre la he visto feliz. En cambio, a los molestones casi nunca los he visto felices. Son unos amargados que están en contra de todo e intentan desanimar. Los emprendedores han sido el tejido social del país. Fíjate: ¿cómo se montó tan rápidamente, la ANC? Porque el cásting ya estaba hecho. En cada pueblo, el que montaba el autocar era el que ya organizaba los pesebres vivientes, los castells, los gigantes o la Fiesta Mayor.

También avanzas en forma de preguntas: "¿Por qué a las puertas del hospital te ofrecen de todo?"

Sí, cuando sales del metro de Valle Hebrón te encuentras Testigos de Jehová, después hay gente que te vende lotería, luego se ponen todas las ONG en línea, y al final hay uno que da apoyo a la investigación de la Vall d'Hebron. Lo entiendo. En el fondo, cuando estás enfermo, siempre te preguntas que por qué tú. Si es porque no te has portado bien, te ofrecen un Dios. Si has tenido mala suerte, te ofrecen lotería. Y es absurdo, porque pienso que si tuviera suerte la querría en los números de la analítica, no en los de la lotería. Yo lo que recomiendo es ayudar a la investigación. Quizá no me ayudará a mí, pero ayudará a los siguientes. A mí me está ayudando la investigación que financió alguien hace tres años.

Hay artículos en que has explicado mucho sentimientos tuyos. Estos artículos deben arrasar.

Pasa una cosa: cuando escribes desde el corazón, llegas al corazón de la gente. Si escribes desde la mente llegas a la mente. He hecho artículos por la necesidad de compartir algunas cosas, como el infarto de mi padre, o cómo mi madre me venía a cuidar cuando estaba más jodido, y eso me ha tranquilizado mucho. No tengo miedo de desnudarme. Tengo la certeza de que no hablo para mí. Con "Besos de una madre" creo que recibí 5.000 mensajes. Y todo el mundo me hablaba de su madre, no de mi. Conclusión elemental: cuanto más hablas de ti, más hablas del otro. Y luego, estos artículos tienen más eco porque cuando eres portavoz de verdades que no salen en los medios también traspasas más. Los periodistas acabamos siendo portavoces de empresarios y políticos que ya tienen tribunas. En cambio, los monitores de recreo no tienen tribunas.

Te refieres a colectivos.

O a realidades. Ahora recibo e-mails de mujeres de la limpieza agradecidas porque escribí sobre lo importante que es que cuando entren en la habitación del hospital te sonrían y te hablen, y eso no se lo había dicho a nadie. Esto me hace pensar mucho en los medios. He dirigido uno durante unos años, y hay gente que no se siente representada, como las personas que cuidan a las personas. Por eso he ido perdiendo ciertas reservas. Y cuando me sale, hago estos artículos. No los fuerzo nunca, y antes de enviarlos me planteo si serán útiles, porque me gusta influir. Hay periodistas que quieren hacerlo sobre gobiernos, y a mí me sirve mucho más influir para que una persona se sienta contenta, más comprendida o menos sola.

Dices que el trabajo más difícil del personal de la salud no es salvar vidas sino acompañar vidas.

La medicina, a la que nunca agradeceré lo suficiente lo que hace por nosotros, tiende a pensar que tú eres una enfermedad y te trocea. En cambio, la enfermería te trata entero. Mira en los periódicos en las cartas de "la familia X quiere dar las gracias por el trato recibido en este centro por el proceso que ha llevado a la muerte de nuestro padre". De hecho, ha sido un fracaso, porque el padre ha muerto. ¿Qué quiere decir? Que lo que esperamos del personal de salud es que nos explique que ha hecho lo que ha podido. Por eso me he convertido en militante de una medicina más humanizada, que te mire a los ojos. Un día me estaban haciendo una prueba despierto y una enfermera vio que me hacían daño y me puso la mano sobre la mano. Entonces me vieron llorar y me preguntaron si quería que pararan y dije que no, que lloraba porque estaba emocionado. Todos estaban cuidando de mí pero alguien se preocupó de la personita que estaba allí sufriendo. La enfermería es un colectivo invisibilizado y tiene mucho que decir. En el hospital, la enfermera no huye de ti. Tiene muy claro que estás sufriendo.

Mucha gente también recuerda "La hora del adiós".

Creo que es el artículo más antiguo que sale en el libro. En septiembre pasado cumplió 18 años, y aún corre. Le decía a mi hija de tres años que no tenía que llorar, que ir a la escuela era fantástico y que haría muchos amigos. Y en el momento en que llegamos a la puerta, ella se pone a llorar y yo también.

Te gusta mucho remarcar que el mundo no funcionaría sin voluntarios.

Hay un artículo que se llama "Entusiasmo sospechoso", muy irónico, que denuncia quién son estos ilusos que quieren cambiar el mundo. Como fue un viral de cuando no existían los virales, recibía muchos correos de agradecimiento y muchos de enfadados, de gente que no entendía la ironía. Miles de monitores me dijeron que nunca se había escrito nada en su favor. Normalmente, para que un centro de recreo salga en un diario tiene que perder un niño, y mira que pasean a miles. Me ha pasado con los maestros, el personal de enfermería, los educadores sociales y los monitores de recreo, que me han acabado apadrinando. Hacen los trabajos más importantes del mundo cada día, y siempre los toca recibir.

"Carta de amor a mi odiado móvil"

El móvil me encanta, pero veo que me hace daño. Una vez, en Port Aventura, mirando el móvil cogí a un niño que no era mío. Por suerte, el padre del niño que cogí también estaba con el móvil y no se dio cuenta... Yo era de los que cuando no había cobertura respiraba, y ahora la están poniendo en todas partes!

Has escrito mucho sobre el trabajo. Y dices que hay mucha gente que hace un trabajo que no es un oficio, y esto crea muchos malestares interiores.

Hay un capítulo de Friends sobre un tío al que le preguntan qué hace en el trabajo y no lo sabe. Va pasando unos Excels, hace reuniones, pero no sabe explicarlo. Y me he encontrado este perfil. En el mundo profesional falta la identificación con el oficio, el carácter artesano. Cada vez hay más trastornos, ansiedades y depresiones derivadas de la impotencia en el trabajo. Muchos profesionales liberales de mi edad que en otras épocas estaban orgullosos ahora pintan mandalas, cocinan o corren maratones.

Hay un artículo que podríamos simbolizar con una gorra.

Quizás es uno de los artículos que más eco ha tenido. Yo llevaba el pelo largo, y cuando me quedó a manchas, fui a la peluquería con tristeza a decir que me lo cortaran. Cuando llegué a casa con la gorra, me recibió mi hijo pequeño, de ocho años. Y de golpe me dijo que qué envidia y qué barra, que últimamente sólo me compraba cosas chulas, y quería decir ropa adecuada a la enfermedad. La belleza está en la mirada.

Estamos a un paso de la fiesta de Sant Jordi, que imagino que te debe hacer una ilusión especial.

Si tengo suficientes fuerzas me gustará mucho firmar. Este es un libro para todos los públicos, que recoge 22 años de trabajo. Puedo decir que es el libro más importante y personal que he hecho. Hay profesionales que tienen la admiración y el respeto de los lectores. Yo noto la estima y la agradezco, porque me parece una gran suerte.

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