Malestar empresarial por el cambio repentino en el impuesto de sociedades

El Gobierno obliga a anticipar el pago para reducir el déficit de forma contable, pero no real

àlex Font Manté / Xavier Grau
5 min
Malestar empresarial pel canvi sobtat en l’impost de societats

BarcelonaLas sacudidas tributarias se han convertido en un clásico del mandato de Cristóbal Montoro al frente del ministerio de Hacienda. Las subidas y bajadas inesperadas o las modificaciones sobre la marcha han sido constantes. También con el gobierno en funciones. La última sorpresa del ministro ha sido obligar a todas las empresas que facturen más de diez millones de euros a adelantar el pago del impuesto de sociedades. La decisión, que en principio se aprobará hoy a través de un decreto ley en el Consejo de Ministros, se tendrá que validar en menos de un mes en el Congreso de los Diputados. Pero he aquí el siguiente problema: con el caos parlamentario que hay actualmente en Madrid, es una incógnita saber si estos cambios recibirán el aval del resto de partidos.

"Es temerario aprobar el decreto ley sin tener asegurada la mayoría", afirma Antoni Durán-Sindreu, socio director del despacho que lleva su nombre. Pero, suponiendo que finalmente la norma tenga luz verde, ¿qué implica para las empresas? Básicamente, avanzar hasta 8.000 millones de euros al Estado (una parte de los que luego las mismas compañías recuperarán) para ayudarle a reducir el déficit. En realidad es un truco contable, ya que los adelantos permitirán que el gobierno central tenga 8.000 millones más en la caja el 31 de diciembre pero, como después deberá devolver al menos una parte, no es dinero que realmente le corresponda. En resumen, es una reducción artificial del déficit.

"Esta medida no soluciona nada, es una anticipación del pago, pero no significa que aumente la recaudación: es autoengañarse y no soluciona el problema de fondo", remacha Durán-Sindreu. El problema de fondo es este: España tiene un déficit que supera los 50.000 millones anuales, o el 5% del PIB. Para ponerlo en contexto: entre 1850 -cuando se comenzó a recopilar esta estadística- y la actual crisis, España sólo había tenido un déficit de más del 5% en ocho ocasiones. Según los datos conocidos esta semana, además, España lleva camino de tener más déficit este ejercicio que el anterior. La enésima flexibilización de los objetivos ofrecida por Bruselas no parece que haya servido para nada. La única vía que ha encontrado el gobierno ha sido pedir a las empresas que le dejen 8.000 millones de euros. "Es un gesto de cara a Bruselas, pero es absurdo y arriesgado", remata Durán-Sindreu.

"Son 8.000 millones que se sacarán de la tesorería de las empresas", lamenta Salvador Guillermo, director de economía y fiscal de la patronal Fomento. "La administración está pidiendo a las empresas que hagan un préstamo sin intereses", protesta Joan Maria Gimeno, presidente de la comisión económico-fiscal de Pimec.

Veinte días para pagar

Uno de los factores más sorprendentes de estos cambios es que el primer pago debería hacerse el 20 de octubre, es decir, dentro de veinte días, aunque todavía no se sabe si la norma estará en vigor o no. Además, esta semana Hacienda ha dicho que las compañías afectadas serán todas las que facturen más de diez millones de euros, y no más de 20 millones, como se había dicho inicialmente. "Afectará a muchas empresas, porque el límite de diez millones es muy bajo", opina Durán-Sindreu. "Todo es muy extraño porque la norma aún no se ha aprobado", afirma Óscar Bertran, abogado fiscalista de Cuatrecasas, el bufete con el que trabajan buena parte de las empresas familiares catalanas.

Los expertos coinciden en que el principal bache para las empresas será de tesorería, ya que deberán entregar un dinero que ahora tienen guardado en el cajón. Y esto puede tensionar la caja de estas empresas. "Una compañía del Íbex-35 no tiene muchos problemas para conseguir dinero de los mercados ahora mismo, pero las empresas medianas no andan sobradas de tesorería", explica Bertran. "De aquí a finales de año se cerrarán muy pocas operaciones", añade Joan Maria Gimeno.

¿Cómo se calcula lo que las empresas deberán avanzar? Básicamente, les tocará anticipar el 23% (o 25%, en el caso de los bancos) de su resultado contable, y no un 20% como se había dicho en principio. El resultado contable, sin embargo, no suele coincidir con la base imponible, que es la cifra a partir de la cual se calcula el impuesto de sociedades. En el caso de este tributo, la base imponible equivale al resultado contable (beneficio neto) menos las cantidades que no computan fiscalmente.

"La base imponible suele ser diferente del resultado contable", afirma Joan Maria Gimeno. Este experto recuerda que muchas empresas se pueden compensar las pérdidas de años anteriores a la hora de calcular cuánto les corresponde pagar de impuesto de sociedades, un hecho muy habitual teniendo en cuenta las turbulencias que han vivido muchas compañías en los últimos años de crisis. Esta compensación, sin embargo, no sale reflejada en el resultado contable. Sin embargo, estas empresas deberán adelantar el dinero igualmente.

La conclusión la ofrece David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot: "El gobierno hace un discurso de apoyo a la economía productiva, pero la realidad es que ahora nos cargan a las empresas la financiación del déficit". Hoy mismo, tras el consejo de ministros, habrá más detalles al respecto.

LAS CLAVES

1. ¿Qué son los pagos a cuenta y para qué sirven?

Consisten en adelantar el pago de un impuesto y sirven para que la administración reciba el dinero antes de lo que en principio correspondería. Posteriormente, si alguien ha pagado más de lo que le correspondería, la administración le devuelve este exceso.

2. ¿Por qué están enfadadas las empresas?

Este año los pagos a cuenta ya no existían, y ahora el gobierno los ha resucitado de manera inesperada, y en condiciones más duras que antes. Las empresas deberán avanzar un dinero que quizás preveían tener en la caja para pagar otras cosas. La recaudación del impuesto será la misma, pero las empresas tendrán que hacer un esfuerzo para avanzar el dinero.

3. ¿Cuál es el problema de avanzar un dinero que después te devuelven si has pagado de más?

Depende de la situación de cada empresa. Para las grandes quizás no es tan grave, ya que hoy en día se puede conseguir dinero en los mercados a precios baratos, pero las pymes no van sobradas de tesorería y esto puede tensionar su caja.

4. ¿Quién tendrá que pagar y cuánto tendrá que pagar?

Todas las empresas que facturen más de diez millones, cosa que a los expertos les ha sorprendido mucho porque afectará a muchas compañías. Todas deberán avanzar el 23% de su resultado contable (es decir, del supuesto beneficio que aparezca en su cuenta de resultados). De todos modos, el resultado contable no es lo mismo que la base imponible (que es el resultado menos las deducciones y otros aspectos), que es la cifra clave con la que se calcula el impuesto de sociedades que cada empresa tiene que pagar.

5. Los bancos se ven más castigados?

Sí y no. Todas las empresas deberán avanzar un 23% del resultado contable, y los bancos, un 25%. Sin embargo, el impuesto de sociedades para las empresas es del 25% (por tanto, dos puntos más de lo que avanzarán) mientras que los bancos lo tienen el 30% (es decir, cinco puntos menos de lo que ahora deberán pagar a cuenta).

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